Cuando Liam llegó a los calabozos, las primeras palabras que salieron de su boca fueron. — Los voy a destrozar a todos, les daré una muerte larga y tortuosa, a menos que me digan quien es vuestro amo. — Igual nos matarás. Dijo uno de los asesinos, el cual se encontraba tirado en el suelo, parecía haber abandonado toda esperanza a vivir. — Es verdad, pero tú decides si pasas por un infierno antes de morir, o si todo pasa muy rápido. Aquel hombre pudo ver los ojos del rey brillando de furia, su amenaza no era una mentira para hacerlos hablar. — Esto va para todos ustedes, si no hablan, me rogaran que los mate. Liam tomó una daga. — En cuestión de tiempo antes de que estén hablando. Les aseguro mientras paseaba por el pasillo que separaba los calabozos observandolos a todos, estab

