Habían pasado tres días desde que Sila se había revelado contra su padre, él se había molestado tanto con ella que la había excluido por completo, tomando su palabra de preparar a Marina como su sucesora. Sila estaba tomando una taza de té en su habitación cuando su hermana irrumpió. — ¡Ya no lo soporto más! — ¿Qué te pasa Marina?, ¿por qué interrumpes mi té? — Le dijiste a papá, que me tomara como su sucesora, pero yo no quiero serlo, así qué deja la tontería y ve a hablar con él. — Yo solo le dije que dejaría de ser su sucesora y no dejaba de molestar a mi esposo, no pensé que se lo tomaría en serio. — Pues sí lo hizo, se la ha pasado torturandome durante dos días, sabes que yo nunca he querido ser sucesora, yo no podría soportar una carga tan pesada, el reinar no es pa

