Adara quiso ir detrás de Liam, pero su instinto asesino aún seguía latente, ella no estaba en condiciones para tener una conversación adecuada con él. Así que decidió dejar que se marchará, el estar separado será lo mejor para ellos en ese momento. Al anochecer mientras descansaba en su tienda, Sila fue a visitarla, se recostó a su lado en el pequeño donde ella se encontraba y le preguntó. — ¿Cómo estás? — Eso debería preguntártelo yo, has estado curando los heridos sin descanso. — Estoy cansada, pero estoy bien, tú sin embargo, no luces muy bien, escuché que te peleaste con tu esposo, ¿Que ha pasado? — Aún no logro controlar mi instinto, le dije que necesitaba tiempo pero no me escucho, le ataque sin querer. — ¿Y se lo has explicado? — No, en estos momentos no esto

