Había pasado dos semanas. ¡Dos putas semanas y el idiota no me había llamado! Lo bueno es que me la pasaba ocupada en el trabajo, ya que algunas personas habían hecho muchos pedidos, como por ejemplo Sarah que se había inspirado en algunos diseños para sus noches en el club. —Aquí tienes, un corsé, sostén de correas de cuero sintético y las mini braguitas —le digo entregándole una caja de regalo, ella en respuesta me abraza. —¡Gracias nena! Los demás productos me los haces llegar por favor a mi casa, me tengo que ir, hoy tenemos un show y tengo que estar más temprano en el bar. —¿Qué show? —pregunto intentando no mostrarme que aquel dato sí que me interesaba. —Una fiesta de neón, ¿Por qué? Vas a ir… —No lo sé, ¿has tenido contacto con Lysandro? — pregunté planteándome que hubiese ten