El lunes vuelvo a casa, es como si volviese a la dimensión donde estoy soltera y tengo que trabajar. Mi cuerpo estaba algo cansado y adolorido, como si me estuviese recordando que hacía mucho tiempo que no tenía sexo.
Mi triste y solitaria casa me recibió después de que Lysandro me dejara fuera de casa después de una ronda de besos de poder, donde yo luchaba por mostrarme intimidante, pero terminaba cediendo ante aquel idiota dominante.
Ahora, tenía la ropa que me había traído Marie, aunque por mucho tiempo me la pase desnuda, disfrutando de las miradas lascivas de Lysandro y como me empotraba contra cualquier superficie deseando que me hiciera suya.
Pero muchas veces no lo hacía… me ponía a rogarle, eso le encantaba. Idiota.
Por alguna extraña razón Lysandro quería ayudar a mi empres
