CAÍDA TREINTA Y CUATRO
Héctor se despertó y se estiró. La espalda le dolía por dormir en el sofá y eso se estaba convirtiendo en un problema. Patty había llegado tarde.
“Hey, ¿Pickle?” Tocó la puerta de su propio cuarto.
“¿Qué?”
“¿Puedo entrar?
“Seguro”
Entró al cuarto. Ella gritó cubriéndose el cuerpo. “¡No, no estoy decente!”
Él se congeló y miró en otra dirección cubriéndose los ojos.
Patty rompió a reír. “Está bien, entra”. Tenía puesta su pijama, enrollándose en su cama de él.
Él entró y tomó una muda de ropa del clóset y se echó agua en la cara, dejando abierta la puerta del baño. “¿Te divertiste ayer?”
“De hecho, sí, Ni siquiera puedo recordar la última vez que salí a divertirme”.
Se cepillaba los dientes. “Noi”, dijo con el cepillo dental en la boca.
“Supe algunas cosas
