Blas Campos Nací en un hogar donde los gritos eran el pan de cada día entre mis padres y hermanos, yo era el menor y digo era, porque el mayor fue asesinado en una guerra de pandillas, el segundo se perdió en las drogas y al final quedé solo con mis padres, pero no soportaba vivir en ese lugar donde ni siquiera había un saludo cordial, por lo que fui al único sitio donde un niño puede ir cuando los parques se queman, las casas se consumen en odio y las escuelas te ignoran… la calle. Desde la niñez, esos callejones se convirtieron en mi hogar, aprendí a robar para no quedarme con el estómago vacío y con lo poco que me sobraba pagaba para ir al gimnasio a entrenarme, porque si algo te enseñan las calles desde el día uno, es que no tendrá piedad contigo sin importar tu sexo, edad o color de