Avery regreso a la mansión sin ningún contratiempo y a pesar de lo que había sucedido en el bosque, la asistente se comportó como si nada hubiese pasado, darse cuenta de eso, la hizo estremecer. ¿Cómo era posible que no sintieran nada? ¿Qué clase de personas eran ellas como para permanecer callados mientras alguien moria a tan corta distancia? —Tardaron demasiado—expreso uno de los conejos aproximándose a la camioneta por la cual descendía Avery la asistente. Todo indicaba que ellos eran el último grupo y por el cual no podían cerrar la mansión. —Arlequín nos detuvo—justifico la chica mientras tomaba la mano de Avery para que no intentara escapar y también para evitar otro inconveniente, como el que se lastimara, ya había sido suficiente sangre por esa noche. El conejo alzó la vista bus