Ana corre tras Jhonny con su supuesta varita mágica, mientras yo y Jhon, reímos a carcajadas viéndolos jugar. Se siente tan bien estar junto a ellos, verlos felices, porque esa es la realidad de la maternidad, si tus hijos son felices también lo eres.
Sonrío. Es lo único que quiero, estar junto a ellos, verlos felices. Lejos del peligro.
—Me gusta esa sonrisa.
Giro a mirar a mi compañero quien me mira embobado, toco su mejilla tiernamente. Dios, amo tanto a ese hombre, sé que él me ama a mí, pero no es suficiente. Cada vez que me veo junto a él, me sorprendo porque ¿quién lo diría? Lo desprecié tanto gracias a Henrry quien me vendió como un objeto siendo su novia.
—¿Quieres helado?—pregunta.
—Sí —Miro alrededor, hay hombres de seguridad en cada esquina, nada raro, vuelvo a mirar
