HUNTER
Me iba a matar. No sólo la estaba besando, pero se movía y sabía lo que hacía. Estaba seguro de que era muy consciente de lo que me estaba provocando. Sabía a alcohol, pero eso era jodidamente excitante viniendo de Sofía. Y j***r, la estaba tocando. Estaba tocando ese cuerpo tan perfecto. > Pensé, cuando se volvió a mover sobre mi entrepierna y me atreví a bajar las manos hasta su culo. Era justo como me lo había imaginado: duro y redondo; perfecto. Sofía era aún más perfecta de lo que ya pensaba que era.
Quería quedarme allí toda la noche con ella, pero empezó a sonar su teléfono y tampoco la quise soltar y enredé mis manos en su pelo para que no me dejara de besar. Noté su sonrisa en mitad del beso y el pecho se me infló con alegría. >
—Hunter —exhaló contra mi boca, y m
