SOFÍA —No me jodas, eres un puto cabrón —escuché la voz de Hunter. Me desperecé en la cama y siguiendo las voces de fuera de mi habitación, arrastré los pies. Recogí un poco mi habitación, los cojines tirados por el suelo y mis pantalones del pijama arrugados en una esquina del cuarto. —¿Y a ti qué te importa? Ella sabe lo que hay —la voz burlona de Colton resonó por todo el apartamento, y arrugué la cara con disgusto. Ya sabía que era un c*****o como decía John. Colton sólo jugaba con Chloe como si fuera su muñeca de trapo, él llamaba y ella iba. Hasta yo misma le hubiera dado un golpe en la nuca para removerle el cerebro y ver si lo hacía mejor persona. —¿Sabe que te estás tirando a sus amigas? —espetó Hunter. Podían discutir, pero tampoco creía que hacerlo en nuestro apartame