SOFÍA —Y... ¿de sexo qué tal vais? —me codeó Chloe dentro de su piscina. Aunque yo no era virgen y Hunter era todo lo que me gustaba, no habíamos pasado de los besos y tocarnos sutilmente. Me había dado cuenta de que en casa de los abuelos ya no había mucho más en lo que trabajar, pero aún así el iba para ayudar con algunas cosas que no necesitaban mucha mano de obra. Cuando lo hacía, me sentaba con él, y aunque muchas veces estaba en silencio porque no dejé de mirar durante esos días las universidades, disfrutaba de nuestro silencio. Tenía poco más de una semana para decidirme, no podía alargar más la decisión. —Chloe... —mascullé algo avergonzada. —Sofía... —me dijo, y movió las cejas con picardía—. Sé lo que sus exnovias decían de él, ¿de verdad es tan bueno? No me molestaba habl