HUNTER —¿Me pasas la linterna? —me preguntó Jack, subido en los últimos escalones de su escalera al ático ojeando las maderas levantadas del suelo. Lo hice en silencio. Sofía volvía a no estar allí y ya pensaba que lo del beso había jodido todo. Ni siquiera sabía si se acordaba porque iba borracha y no conocía su versión con resaca de la mañana siguiente. Pero yo recordaba todo, hasta lo bien que dormí con ella sobre mi cuerpo. Era el cuarto día sin verla o hablar con ella y me estaba volviendo loco. > Eso era fácil, pero por primera vez quería ver si ella estaba interesada. —¿Qué haces ahí arriba, abuelo? —escuché su voz y me asomé por la trampilla viéndola ahí abajo con el pelo suelto y un vestido que me dejaba verle el escote sin sujetador. > Ya empezaba—. Oh. Hola, Hunter —d