SOFÍA —Te apoyamos en lo que quieras hacer —dijo mi madre durante la cena, y vi cómo cogió sobre la mesa la mano de mi padre—. Ya sabíamos que derecho no era lo tuyo, y el que quieras encontrar algo que te gusta nos parece muy bien. Es una buena decisión antes de hacer algo que no te va a hacer feliz. Salté sobre ellos y moví la mesa haciendo caer un vaso con agua. Escuché como todos se reían mientras los estrechaba con fuerza. —Gracias gracias gracias gracias —repetí. Se volvieron a reír y no fue hasta que estuvimos todos sentados en el salón viendo una película en familia, que cayó la pregunta. —¿Todo bien por aquí? —me preguntó mi padre. —La niña se ha echado un novio —contestó el abuelo. Mis padres me miraron con los ojos abiertos, y mientras vi la sonrisa de mamá porque