Otra noche más sin dormir y Mar sigue llorando a cada rato, no sabía que en verdad una bebé recién nacida podría hacerme perder hasta la última gota de paciencia. La tengo entre mis brazos tratando de calmarla cuando escucho que tocan a la puerta. Camino rápidamente con la esperanza de que sea Nina y al abrir la puerta y la veo inmediatamente se la doy.
—Wow, buenos días — dice tomando a la bebé en brazos.
— No tiene mucho de buenos — contesto enojado — Llegaste un poco tarde.—
— Yo también tengo mis cosas por hacer ¿eh? — me contesta.
— La niña lleva mucho rato llorando — le comento molesto y debo confesar que me desconozco un poco porque suelo ser bastante tierno y cariñoso con los bebés, pero no sé porque ahora me encuentro de ese humor ¿será porque no he dormido bien en días?
— ¿Y? ¿Trataste con la comida? — pregunta.
— Sí.—
— ¿El pañal?.—
— Sí.—
— ¿Seguro? — vuelve a preguntarme.
— Te contraté para eso ¿no? Para que lo averigües.—
— Oye ¡qué genio! Ayer que me hablaste en el restaurante no eras así ¿qué pasó con el Pablo del Moral simpático y convincente? Tal vez por eso tu hija llora porque heredó tu mal humor ¿verdad que sí? ¿heredaste el mal genio de papi? — le dice con una voz tierna mientras la carga entre sus brazos.
Luego la recuesta sobre el sillón y comienza a quitarle la ropa y una irritación sale a la luz — Pues aquí está la razón ¿Ya la bañaste y así? — pregunta.
— Bueno yo — digo un poco sorprendido al ver eso — de pronto Nina me da un zape en la nuca — ¡Oye! — le reclamo mientras la veo y no puedo creer lo rápido que a cogido confianza.
— Debes poner atención a esto detalles— me regaña — tu hija necesita un ungüento y supongo que otro cambio de ropa.—
— No es mi hija — le vuelvo a recordar y ella me da otro zape.
— ¡Oye! — le vuelvo a reclamar.
— No digas eso enfrente de ella, puede escucharte — me dice mientras le tapa ligeramente los oídos.—
— No creo que me entienda — le contesto.
—No, pero siente tu mala vibra, a lo mejor también por eso llora sin parar, por mal vibroso — me reclama.
— ¿Mal qué? — pregunto — Mira, no sé qué quieras decir pero ya que estás aquí eres responsable de ella y yo me voy a dormir porque aún debo hacer maletas.
Camino hacia mi habitación y ella se para en frente de mí evitando que entre — ¿Ahora qué? — le digo de mal humor.
— Tú y yo debemos hablar seriamente ¿no crees? — y no puedo evitar enfocarme en esos ojos que tanto me gustan.
— ¿Hablar sobre qué?.—
— Sobre la responsabilidad de tener a una niña recién nacida y sus cuidados ¿te suena? — y cruza los brazos a la altura del pecho.
— ¿Así eres? — le contesto.
—Así soy ¿cómo? — me reclama.
—Tan... mandona.—
— No soy mandona , sólo que me sorprenden tus cambios de personalidad y la ligereza con la que te tomas esto ¿a caso eres Géminis?
— ¿Qué tiene que ver eso? — le pregunto.
— Que son medio raros, bipolares. Ayer eras un seductor y ahora eres insoportable.—
— Como no serlo si esa niña no deja de llorar — le comento y trato de regresar a mi habitación.
Nina echa su cuerpo hacia delante, yo comienzo a caminar hacia atrás y provoca que caiga sentado en el sillón, después se pone de pie frente a mí y levanta las cejas — No te irás— me dice.
La veo molesta y no sé en qué tipo de "sitcom" me he metido porque siento que hay gente riéndose de lo que está pasando cada 5 segundos.
— Quiero que me expliques como es que la niña llegó a ti — me dice segura — porque dices que no es tuya, pero luego le contratas todo esto y quieres que se guarde el secreto — insiste.
— Es una larga historia.—
Ella se cruza de brazos y suspira, dándome la señal de que está esperando una explicación — si quieres que guarde el secreto y te apoye, necesito saber la verdad.—
— Te diré, pero quiero que me creas ¿vale? — insisto en eso.
— Ok, vas — dice seria.
— La niña no es mía, bueno, no sé si es mía o no. Hace unos días me la vinieron a dejar a la puerta con esta nota — y se la entrego — sólo dice eso y la partida de nacimiento no me dice nada. El problema es que tengo negocios que atender, tratos que cerrar y si doy parte a la policía posiblemente me hagan quedarme y no puedo, por eso se me hace más fácil contratarte, que la cuides y luego de regreso ver qué puedo hacer — termino mi discurso y ella me observa callada, después lanza una carcajada que aunque es de burla se me hace bastante agradable.
— ¿Es broma verdad? ¿Dónde está la cámara escondida? — dice buscando en las esquinas.
— No es broma Nina, es en serio, estoy desesperado no sé cómo lidiar la situación y esto es lo único que se me ocurrió, bueno o malo ya está — Y me levanto del sillón para luego sentir su mano sobre mi hombro sentándome de nuevo — ¿Qué? — pregunto molesto.
— ¿Seguro que este plan está bien trazado? — me pregunta.
— ¿Qué significa eso? — pregunto.
— Que si en verdad lo pensaste con el cerebro y no con tu desesperación ¿sabes si la niña está sana? ¿ya la llevaste al pediatra? ¿ya la revisaron? ¿Sabes si come bien o no? ¿si es alérgica a algo? Y la más importante ¿sabes si puedes viajar con ella? ¿qué tal si es de otra persona y la andan buscando y tú te la llevas por todo Europa y de pronto la policía piensa que la secuestraste?.—
Entonces siento como todo mi plan se cae directo a la basura porque en realidad no había pensando en todo eso, sin embargo contesto — No soy idiota ¿sabes? — y ella me da otro zape.
—¡Auch! — le vuelvo a decir mientras mi cabeza retumba de dolor por la migraña causada por la falta de sueño y el estrés — ¡Para ya!
— No digas groserías delante de Mar porque las escucha ¿qué quieres? ¿qué su primera palabra sea "idiota"? — y luego se tapa ella la boca al decirla.
— ¡Ja! — me burlo — no eres tan perfecta como crees— le reclamo y ella me ve a los ojos.—
— Mira, no te conozco para nada Pablo del Moral no sé si eres buena o mala persona etc.. pero tu plan no es aprueba de balas ¿sabes? Así que tendrás que pensarlo mejor antes de que lo pongas a prueba.
Suspiro y cruzo los brazos — ¿qué sugieres? — le pregunto.
— Primero te sugiero que lleves — y alzo la ceja — Que llevemos a Mar al pediatra, que la revise y te diga que esté bien, después le compremos ropa para que al menos tenga en qué cambiarse, fórmula, pañales y todo lo que necesita para estar cómoda, regresar, bañarla, curarle la irritación y darle de comer para que duerma y mientras yo hago todo eso tú averiguas como la puedes llevar por todos lados y cambias de actitud ante el problema ¿quieres?.—
— ¿Y ese es un plan a prueba de balas? — le contesto.
— No aprueba de balas pero es un plan más estructurado y que es benéfico para la nena, porque te guste o no, sea tuya o no, ya está aquí y es una recién nacida y esta hermosa, mírala — y la saca del portabebé para ponérmela entre los brazos.—
Sé lo que está tratando de hacer, manipularme y creo que lo está logrando porque mi cerebro cansado sabe que no es mal plan lo que ella me sugiere — ¿Crees que puedas ir tú al pediatra? — le respondo. Y me da otro ligero zape está vez bien merecido.
— Si vamos a hacer esto tenemos que estar en la misma línea, llevar a cabo el mismo plan, así que por más que digas que Mar no es tuya debes estar consciente que viajarás con ella y que una recién nacida tiene "necesidades especiales" así que ¿tú decides?.—
Me pongo de pie y vuelvo a suspirar, tomo a la niña y la pongo de nuevo entre sus brazos — me daré una ducha rápida ¿vale? Y después iremos al pediatra.
— ¿A qué pediatra? — me pregunta.
— Ok — digo cansado y tomando aire para empezar de nuevo — Resolveré lo del pediatra, haré la cita y luego me iré a dar una ducha ¿vale? — le vuelo a estructurar la frase.—
—Me parece perfecto, así me gusta, con un plan estructurado — dice ella sonriente.—
Camino hacia mi habitación, mientras dejo a Nina con la bebé en brazos y ella le dice cosas en ese tono tierno — Esto es una locura — me digo en voz baja para después cerrar la puerta de mi habitación y desaparecer de la escena.