Tres semanas después Miro mi reflejo en el espejo y sonrío satisfecha, mis mejillas vuelven a tener vida, mis ojos brillan y no es por nada pero el embarazo me ha sentado genial, los malestares se han ido disminuyendo y ahora me siento más que feliz, la idea de llevar en mi vientre un pequeño pedazo del amor que le tengo a Christian me hace inmensamente feliz, y no soy la única, Mag y Simón están más que contentos, y ni que decir de Dom, quien fue el primero en enterarse, su reacción fue realmente positiva, dijo que amaría a mi pequeño tanto o más que si fuera suyo, se puso a llorar de emoción aunque él no lo admita. -¿Estás lista? -pregunta Gabi. -Lista. Gabi y yo saldremos a pasear, por decirlo así ya que debo ir con el doctor y me haga un chequeo general, Gabi también se emocionó