Iván Desperté entumido, no he podido dormir del todo bien, Helena me preocupa, el solo pensar que pudiera morir me aterra, ojalá tuviera las agallas para decirle lo que siento por ella. Me acerco y tomo su mano, esta fría, trato de darle color con mis manos y sin pensarlo varias lágrimas caen de mis mejillas. —No te vayas Helena, no sabes lo mucho que tengo por decirte, cosas que no me atrevería a mencionarte, como por ejemplo que te quiero mucho, que no he dejado de amarte y que daría mi vida por estar a tu lado, quiero compartir contigo todos los días que me restan de vida, te amo Helena y sé que soy un cobarde por no demostrártelo antes. —Definitivamente, eres un cobarde Iván. Levanto la cara y miro a Helena, había despertado, esta viva. —Helena yo... lo que dije. —¿Qué, ahora t