Podía sentir como la rabia me salía por los poros. ¿Cómo se atrevían a insinuar que sería menos por su tea? Del enojo pensé en decirle unas cuantas verdades en la cara a mi hermano, pero ¿qué sentido tenía? Él y mi padre tenían una imagen de Daniel en su mente desde hace años al parecer y nada de lo que dijera haría la diferencia. Suspiré decepcionada de mi hermano y sin decirle nada más volví dentro para buscar a Daniel. Estaba en la cocina hablando con Noah y se veía bastante enojado. -Lo siento Daniel -expresé entrando. Lo rodeé con mis brazo en un abrazo para quitar un poco de esa indignación y furia dentro de él. Sabía como se sentía porque en mi interior las emociones eran las mismas. No podía creer cómo mi familia había actuado frente a él, no se lo merecía para nada y tampo