Gemí llevando una mano a mi cabeza. -No debí tomar tanto -murmuré. Estaba en la cama, cubierta con las mantas, pero no recordaba volver luego de discutir con Daniel. Supongo que terminé durmiendo sobre la hamaca y él cargó conmigo hasta la cama. En la mesita de noche había un vaso de agua junto a dos ibuprofeno con una notita que decía "para la cabeza" escrita con su letra. Me sentí horrible al ver cómo, después de enojarme con él y tratarlo mal, seguía cuidándome. Si, era un hachazo a mi corazón. Tenía que hablar con él para disculparme por mi comportamiento de anoche. No estaba acostumbrado a verme de esa manera, pero la noticia de Lucía fue como una piedra en mi pecho que hasta ahora sentía. Era algo que deseaba muchísimo y, con cada día que pasaba, se alejaba más de mi realidad