Estaba a punto de llorar. Todo este día se había vuelto insoportable para mi, cada felicitación, cada sonrisa y cada llanto era un cuchillo que se clavaba más profundo. Debería estar feliz por mi amiga, pero no podía hacerlo. No después de ver el resultado de la prueba esta mañana. Sé que apenas habían pasado dos semanas y seguramente por eso el resultado dio negativo. La ansiedad me estaba consumiendo y no podía pasar un día más sin saber el resultado. Temprano, casi de madrugada, decidí escabullirme y comprar una docena de pruebas de embarazo que escondí en el baño de invitados para que Daniel no las viera por accidente. Cuando se marchó a trabajar hice todas, esperando que el símbolo de más o la palabra "pregnant" apareciera en algúna de las pruebas. En todas el resultado fue el m