Dos años después... —¡Gabriel! —Se oyen los gritos desesperados de Lían provenientes del jardín. —¡Hermano, ven enseguida! ¿Qué sucede? Hace apenas unos minutos estaba él allí con ellos ¿No pueden estar un momento sin él? —¿Qué pasa, Lían? —Contesta mientras pone en orden algunos papeles de la empresa sobre su escritorio. Se toma todo el tiempo del mundo creyendo que solo se trata de sus hijas que dieron otras pataditas como hace rato. —¡Gabriel! —Grita nuevamente. —¡Ayuda! Es Dayana, por favor. El profesor deja todo como está y sale corriendo hacia el jardín donde esta sentada su esposa junto con su hermano y su hijo Milo. Su corazón late con fuerza y una angustia se apodera de él al instante. —¡Que no sea lo que estoy pensando! —Exclama mientras corre hasta ellos. —Aún no es tiempo