Un mes después...
—¿Qué te parece este collar? —Gabriel señala a su hijo uno en tono fucsia puesto en un maniquí. —Es muy hermoso. ¿No?
Milo lo mira por unos segundos haciendo muecas chistosas.
—No lo sé, papá —Responde. —A mi mami le gusta el tono verde. No creo que le guste ese.
—¿Por qué? —Gabriel lo mira con el entrecejo fruncido. —Es del mejor diseñador de joyas de New York.
La verdad, Gabriel no tiene ni idea de qué debe regalarle a Dayana en su cumpleaños, que es dentro de una semana, así que se declara totalmente incompetente en este asunto. Si le hubiera pedido ayuda a su hermano, esto hubiese sido más fácil, definitivamente. Pero también desea aprender a conocerla, se supone que será su esposa a partir de esta noche. No puede dejar todo en manos de Lían si piensan llevar de
