—Podemos participar de la reunión de la otra semana —dice Lían con voz queda. —Así puedes acompañar a nuestro hijo a su paseo. —"Nuestro hijo" Qué bello suena eso con la voz de Lían. —Si eso te dejará más tranquila, hazlo así, mi amor. —Tienes razón, Lían —Susurra ella aún en su pecho e inhalando su perfume que tanto le gusta. —Estará bien y además también tu madre lo cuidará. Creo que me preocupo tontamente —Termina diciendo antes de levantarse y llevarlo con ella de la mano hasta la habitación. La sonrisa cálida de su esposo le ofrece seguridad a la rubia. Una que necesita y solo lo encuentra en él. —Te amo, lo sabes, ¿verdad? —dice él a sus espaldas mientras la sigue por el pasillo. —Solo quiero verte feliz, mi amor y haré lo que esté en mi alcance para conseguirlo. Por supuesto qu