Divagar por las calles no pareciera ser la mejor solución para calmar mis ansias ya que lo único que consigo es pensar cada vez más en esta bomba que ha caído sobre mí y lo arruino todo. La banca en este parque pareciera ser mi alivio y allí me siento en un intento por calmarme, pero no lo consigo. Mi cabeza solo le da vueltas a lo que me ha contado Mykel, yo no fui la única víctima y como si eso no fuese suficiente, también tiene otra hija, una que sufrirá las consecuencias del daño que causo. No dejo de preguntarme si es que habrá más víctimas, si habrá dejado otros hijos regados por allí… ¿Cómo pudo estar en libertad hasta ahora? ¿Y si yo no hubiese encontrado aquella grabación? ¿él seguiría en libertad? […] No tengo claro cuánto tiempo ha pasado, pero las ganas de aclarar mis dudas