-¿Estas nerviosa? – preguntó Valery, agarrando la mano de Georgia, quien estaba acostada sobre la camilla del consultorio de la obstetra que acompañaría todo su embarazo.
-Un poco, todo esto es demasiado extraño, jamás fui una de esas mujeres que soñaba con un embarazo y que se imaginaban a sí mismas en todo este tipo de cosas, nunca pensé que esto fuera lo mío.
-Pero lo estás viviendo y ahora vamos a disfrutarlo lo que más podamos, este gel se ve bastante gracioso – dijo Valery, jugando con el envase antes de que la ginecóloga llegara a la habitación.
-¡Deja eso quieto! – la riñó Georgia, como si se tratara de una pequeña.
Un par de segundos después la ginecóloga entró y se preparó para hacer la ecografía a Georgia, quien ya tenía su pequeño estomago al descubierto.
Las mujeres
