Ella entró cabizbaja a su casa, no sabía ni cómo mirar a sus padres sin ponerse a llorar. Pero le fue imposible evitarlo, bastó con solo ver a su padre preocupado al verla entrar tan triste. Su madre, que también se encontraba ahí, corrió hasta ella y la abrazó fuertemente al notar las lágrimas en los ojos de su hija. —Princesa... ¿qué ha pasado? —preguntó acercándose despacio, presintiendo lo peor. —No quiero hablar —respondió ella entre llanto, se abrazó a su madre como si su vida dependiera de ello. —Está bien, cariño, llora —dijo Anna empezando a lagrimear junto a su hija. En ese momento entró Jazmín seguida de Damián. —Andrew está en la ciudad —dijo ella. —Ese hijo de puta —maldijo Leandro imaginando que él tenía que ver con el estado de su hija. —¿Analia? ¿Qué sucede? —