Hecha un ovillo en medio de aquel bosque oscuro se sentía tan frágil e indefensa, no miró bien quién había sido su salvador, pero aquella voz la reconocería en cualquier parte del mundo, no sólo la había guardado su mente, sino también su corazón. No supo qué pasó con su violador, sólo fue consciente cuando aquellos fuertes brazos la alzaron y le envolvía su cuerpo con un enorme abrigo. Pudo sentir su fragancia y sabía que estaba segura que nada le pasaría. Se sintió protegida, pero también se sintió avergonzada y deseó que ojalá nunca la hubiese visto en aquella desagradable situación. Se sentía sucia, aún podía sentir las asquerosas manos de aquel hombre tocar su cuerpo. Cuando la subió al auto se soltó en llanto, se sentía tan a dolorida, aquel hombre no había tenido piedad de ella.