Capítulo 42

1278 Palabras

Con un gesto de desagrado, Analia, salió de aquella estancia, ya nada le importaba, no deseaba estar ahí, en su presencia. No soportaba ver a las personas que le mentían, su presencia la aborrecía.  Su hermano la siguió hasta alcanzarla y envolverla entre sus brazos. Ella se sintió segura con aquel gesto.  —¿Ya decidiste lo que vas a hacer? —preguntó su hermano. —Si, ya tomé una decisión. —Bien, y ¿hay probabilidad de que él interfiera en tu decisión? —No, nadie me hará cambiar de decisión. Nunca nada lo ha hecho, no veo porque ahora la diferencia.  —Estas enamorada de él, su... —Enamorada, no pendeja. No me hará cambiar de opinión, eso te lo aseguro.  Se separó de él y se marchó al jardín, sabía muy bien que no tardaría en ir a buscarla, o tal vez no.  Por alrededor de media hora

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