( Narra Cordelia) ― ¿Y dónde carajos viviré? ― Francis se quejó mientras señalaba el diminuto y estrecho cuarto donde vivía. Un nuevo pastor había llegado, y era totalmente opuesto a lo que eran él y su maldito hermano. No tenía un hogar y Anton jamás lo recibiría en su casa. ― Aquí mismo. ― Sentenció Anton. Y Francis comenzó a ponerse rojo, estaba lleno de ira. En todos esos años, no había podido lograr nada de lo que se propuso y si yo no lo había asesinado era solo por Joanna, quien quería a su padre. Cuando Anton y Joanna estaban dispuestos a salir, Francis los detuvo. ― Bien. Quédate con tu maldita casa. La casa que condenó a tu bruja. Yo me petrifiqué y Anton se detuvo en seco para luego girar en redondo. Y con una voz dura pronunció. ― ¿Qué fue lo que dijo? ― Padre, por favor no

