Capitulo 31.3

626 Palabras

(Narra Cordelia) ― ¡No! ― Me alteré y traté con todas mis fuerzas de detenerlo, quise moverle la mano, tomar el arma y apartarla de él. Al no tener éxito probé con entrar en su cuerpo, pero era imposible. Anton era un alma pura, así que jamás podría usar su cuerpo. ― ¡Por favor, no! ¡Te lo suplicó, Anton! ¡No hagas esto! ― Grité con el pánico a flor de piel en cuanto lo vi preparar el arma y colocarla sobre su pecho. ― ¡Dios, por favor no! ― Le rogué, pero como era de esperarse de él, no apareció en mi ayuda. Me dejó sola de nuevo. ― Quiero verte de nuevo, Cordelia. ― Las lágrimas me quemaban la cara, de nuevo sentía esas llamas consumiéndome. ― Mi amada Cordelia, mi loba de otoño. ― Cerró sus ojos con fuerza y bajó el rostro, derramando una lagrima. ― Siempre te he amado y siempre te am

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