(Narra Annie Rowan) ― Entiendo. ― Asintió y yo seguramente puse una cara de asombro. Me paso las bebidas con cuidado y me dejo subir. Desde el último escalón lo miré y asentí como muestra de agradecimiento. El hizo lo mismo y entonces seguí mi camino. Al llegar las chicas estaban parloteando, tomaron sus bebidas y se dieron un descanso de las labores escolares. ― ¿Y mis chocolatines? ― Rachel me miró al ver que no le había entregado su golosina. La había olvidado por las prisas. ― Lo siento. ― Fue todo lo que dije, ya que no podía inventarme una mentira blanca y decirle que no había, por alguna razón me era difícil mentir, y aún más cuando me miraban directo a los ojos como lo estaba haciendo Rachel en ese momento. ― Los olvidé. ― Bueno… Clara, dame de tus frituras. Yo seguí con mi pa