(Narra Cordelia)
Permanecí al lado de Anton tanto como pude, quien solo se permitió un par de meses sin trabajar, después de eso volvió a su vida rutinaria, pero una idea le aquejaba todo el tiempo, no quería pasar el resto de sus días viviendo siempre igual, quería hacer algo, algo que le gustará, algo que le tuviera la mente ocupada. Aun sufría pensando en mi todas la noches, llamándome en sus sueños, el único momento en el que podía responderle y él era capaz de escucharme, algunas veces tenía sueños hermosos conmigo, lo sabía por su expresión pacifica, “Cordelia, no vayas tan rápido” decía algunas veces, y apretaba un puño, como si se quisiera aferrarse a mí, entonces le daba mi mano, una mano que apenas podía tocarle, y le respondía que caminaría a su lado. Pero otras veces, sus sueñ
