(Narra Annie Rowan) Dante se fue por la noche, antes de despedirlo esperamos a que Carter apareciera, cuando lo hizo Dante le entregó su llave. ― ¿Qué tal su fin de semana? ― Nos preguntó. ― Bastante bien. ― Respondí y Dante me besó la frente. ― Nos vemos la otra semana. ― Dante no apartó su mirada de mí. Estábamos a un poco más de la mitad de nuestro tercer semestre. Otoño de nuevo. ― Cuídala bien. ― Mi novio clavó sus ojos en Carter, quien asintió con decisión. ― Lo haré. Entonces Dante me estrechó en sus brazos y aspiró mi aroma, yo me puse de puntitas para poder besarlo. ― Ve con cuidado. ― Le pedí. ― Te llamaré en cuanto llegue, conejita. ― Se dio la vuelta y se transformó en aquel majestuoso lobo blanco. Restregó su gran cabeza en mis piernas, yo lo acaricié y entonces se marc

