Kayda Dabria Por un momento creo haber oído mal pero cuando oigo los pasos acercarse y Alister retirarse se que no lo he hecho, mi corazón taladra ante el pensamiento de que esto para Alister puede ser una invitación indirecta al hombre que se encarga de cuidar mi espalda y eso de la forma más rara y retorcida posible me excita, no soy capaz de mover. Mi corazón bombea demasiado fuerte que puedo oír mis latido en el oído, Andreus se deja ver sin ninguna pizca de vergüenza, en realidad su rostro no expresa ni guan emoción y de alguna forma eso me intriga, mi cuerpo quema como una braza. Alister acaricia uno de mis muslos erizandome la piel. — Me gustaría saber cómo es que yo no sabía de esto — pregunta Alister presionando mi muslo. Debería preguntar algo pero las palabras simplemente n