𝟒. 𝐄𝐧 𝐞𝐥 𝐇𝐨𝐬𝐩𝐢𝐭𝐚𝐥

1311 Palabras
Andreus Mavros Camino por los pasillos del hospital junto a mis hombres, camino hasta llegar a la habitación 301 en la zona exclusiva. Tocó la puerta encontrándome con una hermosa mujer de cabello rubio oscuro y ojos marrones. Observó a los hombres detrás de ella y es por ellos quien reconozco quien es la mujer. Tiene una mirada de peso muy oscura y fría, sus manos se encuentran juntas entrelasadas, parece absorta porque no nota mi presencia, los hombres que la resguardan no hacen nada al reconocerme como su superior pero su estado sin duda me sorprende, la miro hasta que abren la puerta, ella ingresa y yo ingreso detrás de ellos con mis hombres. — Mi amor — saluda a Iván, el hombre junto a la mujer en la camilla que no logro reconocer. Ella lo abraza cortos segundos donde no permite que el siquiera la abrace porque lo deja de lado para acercarse a la mujer en la cama, susurra algo tomando su delicado rostro, el hombre abre la boca para decirle algo, me aclaro la garganta llamado solo la atención de él. — ¿Andreus? — dice acercándose. — Andreus Mavros, me preguntó si Aenes Wagner ya se ha comunicado con usted. El asiente con la cabeza haciéndome una señal para que nos retiremos de la habitación, cosa que hago, todos salimos, a excepción de la mujer que no deja de tocar el rostro de la señorita Dabría. — Hable con Aenes hoy en la mañana, nos reunimos para completar el acuerdo, dijo que tú estarías a cargo de la seguridad de mi familia. Asiento con la cabeza analizando su estado físico, se ve mal, demasiado estresado o algo más pero las ojeras le marca demasiado. — Si, en la tarde vendrá Enzo, no sé si le ha informado pero supongo que lo ha hecho, necesita la huella dactilar de su hija para desbloquear el dispositivo, por alguna razón no tiene contraseña, patrón o código como una segunda opción de desbloqueo. El abre los labios asintiendo con la cabeza. — Mi hija suele olvidar todo eso, recuerdo que lo llevo a hacer algunas configuraciones para desbloquearlo solo con su huella dactilar. — Lamento darle estos problemas extras pero es necesario para saber quiénes de sus amigos la han atacado de tal manera. — No, yo entiendo que es su trabajo, no importa lo que tengan que hacer con tal de mantener su seguridad. — Perfecto, al final del pasillo están los hombres que estarán resguardando de su seguridad y su esposa, ambos cuentan con tres hombres y aparte un anillo que estará a su alrededor para asegurarnos que cada zona que ustedes recorran sea segura, su guardia antigua ya ha sido remplazada... En el momento que el intenta decir algo, el celular de casi todos los presentes empieza a vibrar a excepción del mío, saco mi celular, esperando algo que claramente no sucede por alguna razón, el frunce sus cejas tratando de hacer algo porque golpes la pantalla varias veces igual que los demás. — ¿Que mierda es esto? — espeta agitando el celular. Extiendo mis manos. — ¿Me permite? — inquiero esperando ceda su celular. Algo que hace, tomo el celular observando como una noticia sale de forma distorsionada y se oye como tal, es un noticiero en vivo, los reporteros se miran confundidos, por la imagen que tienen de fondo noto que hablan de la familia Carter. Lentamente la voz se comienza a hacer clara. — Y si creían que está familia no podía ser más asquerosa — se oye demasiado grave y robótico poniendo una pausa inquietante que deja en claro que el tiene el poder de la atención en este momento — se equivocan porque a continuación podemos ver cómo la ramera de Carel Carter está Embarazada... — la imagen de la mujer saliendo de una clínica abstetra muy conocida, se toma el vientre de forma peculiar — y para los no creyentes — aparece lao datos que demuestran que es embarazada, la palabra positivo está más que marcada. Iván se tensa agarrándose de mi casi cae al suelo, lo sostengo dejando caer el celular, el sonido de una risa es lo que llena el pasillo. — ¡Llamen aún médico! — ordenó acostando al hombre que se le dificulta respirar, le trato de quitar la corbata. — ¡Todos los Carter deben arder en el infierno junto a su, zorra, bastardo y muñequita en el hospital! No es difícil saber a quienes se refieren, el doctor corre en nuestra dirección obligandonos a alejarnos, lo hago tomando el celular, saco una bolsa de plástico donde meto el teléfono, varios enfermeros se hacen presentes, mi celular comienza a vibrar, me alejo del relajo, no son darles una mirada de advertencia hacia la seguridad del señor Iván a mis trabajadores. Contesto la llamada. — ¿Ya viste la noticia? — inquiere Enzo. — Que Lana Slab está embarazada de ese asqueroso, si. — Voy en camino, esto está sobrepasando los limites, es un hacker con demasiada experiencia, no me cabe duda, no deja rastro en lo más mínimo. — ¿A qué te refieres? — No solo Hackeó las noticias, también a la policía, a los usuarios, cada celular está siendo infectado, somos nosotros unos de los pocos a los que no ha llegado por mi seguridad. — Supongo que tu rival en informática y sistemas ha llegado — expreso acercándome a la habitación donde veo hay un poco de alboroto — creo que te voy dejar. — ¿Porque? ¿Que sucede? — No lo se, estoy averiguando. La mujer rubia con la que me tope al ingresar le grita aún doctor. — ¡Haga algo! ¡Hagan algo! ¡Mi nena no puede morir así! — atravieso a los doctores y enfermeros topandome con una escena muy molesta. Su corazón se ha detenido, el cardiograma solo es una línea lisa y nadie hace nada, empujó al doctor que trata de calmar a la mujer. — ¡Saquen a toda esta gente! ¡Deth ayúdame acá! — le llamo a uno de los hombre tomando el desfibrilador, su pecho ya está descubierto, los presiono y fricción con el gel que ya hace ella y lo presiono en su corazón — no te puedes morir ahora — espeto observando el rostro angelical qué hora se encuentra pálido. Tiene las ojeras violetas entre rosadas, sus labios están resecos, la observó y tengo la necesidad de salvarla. Deth no pregunta y reacciona poniendo el voltaje correcto. — Listo señor... Uno... Dos... — Tres... — lo hago pero nada pasa, apresar de que su cuerpo se alza nada pasa, lo hago de nuevo unas dos veces más hasta que pienso en detenerme. — ¡NOO! — chilla la mujer — no puede dejar a mi bebé morir así... Grita y llora de forma desgarradora, observó a Deth que sube el voltaje. — Una vez más, vamos, reacciona — le echo más gel y los fricciono. Cuento hasta tres antes de ponerlo en su pecho, está descarga la siento en la punta de los dedos, sus esponjosos labios se abren y cardiograma aparece de nuevo, un doctor viene detrás de mi para alejarme de ella. — ¡Basta! ¡Ella está...! — ¡Viva! — grita la mujer — ¡Mi niña está viva! Respiro finalmente soltando el desfibrilador y sonriendo a la mujer que respira de nuevo, ella no me ve pero la emoción que me provoca verla tomar aire es increíble, el doctor me empuja hasta encararme, otro doctor nos atraviesa pero él se queda callado al reconocerme. — Señor... — Espero que sea la primera y última vez que deja morir un paciente cuando puede dar más de usted para intentar salvarlo — de un momento a otro me siento molesto y furioso con él.
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