A cada minuto que pasa, más fuerte me sujeto del volante, es como si creyera que haciendo esto, mis nervios se aliviaran un poco. Ni siquiera en mis misiones más difíciles, me he sentido así, y supongo que es porque quien está arriesgándose a ser descubierta es ella. Consulto el reloj una vez más y no puedo entender porque se está tardando tanto, «¿acaso habrá ocurrido algo malo?» Me cuestiono por dentro. Observo mi celular para saber si ella tenido que usar el anillo, pero tampoco hay señal alguna.
«¿Y si entro? ¿Y si me hago pasar por un cliente del banco, o alguien que quiere tener información de los servicios que ofrecen?» Se me ocurre, pero de repente, al mirar hacia la entrada del banco, la veo a ella que está saliendo del lugar.
Rápidamente le quito el seguro de las puertas al aut
