Una semana después: 20 de abril A veces creo que, durante estos últimos días, la vida me ha puesto a prueba. Ha sido una real tortura tener que ser testigos de los almuerzos entre Aiyana y Hans, ni hablar de las citas románticas a las que él la ha llevado con la intención de bajarle la luna y las estrellas con tal de llevársela una vez más a su cama. Aunque claro, él no sabe que ella no ha sido suya jamás. Los encuentros furtivos entre ella y yo son cada vez más difíciles, después de todo, él la ha acompañado cada noche a su casa y a cada parte que ha ido, incluyendo obviamente la embajada donde supuestamente ella va a ver a su padre para ver como esta evolucionando. Hans ignora completamente las verdaderas charlas entre Aiyana y el embajador, ya que él siempre le ha pedido un momento a