No tengo idea de que hora es cuando al abrir mis ojos veo la luz del sol que se cuela por cada una de las ventanas de esta casa. Me siento en el sofá que también se ha convertido en mi cama por estos días, y al mirar hacia el frente, la veo a ella terminando de poner la mesa para lo que sea que haya hecho de comer. Miro la hora en el reloj de pared y al darme cuenta de que ya es mediodía, me siento culpable «¿Desde cuándo yo duermo tanto?» Me cuestiono y es que madrugar es algo que esta impuesto en mi por tantos años de rutina, pero supongo que, al haberme ido a dormir al amanecer, esto se puede perdonar ¿no? —Buenos días… o buenas tardes, mejor dicho— Saludo levantándome del sofá y yendo hacia ella. —Buenas tardes superhéroe— Responde y sonrió. —¿Superhéroe?— Cuestiono entrecerrando m