Después de aquel impulso que me nació por besarla como si se me fuera la vida en ello, continuar conduciendo se me hizo un reto, pero afortunadamente hemos conseguido llegar a la casa salvos y sanos. Bajo primero del auto para después abrirle la puerta a ella y cuando baja se queda mirando la gran casa de dos plantas color blanca de estilo moderna. —Guau, no creí que sería así— Comenta y sonrió. —¿Creíste que sería algo más modesto?— Indago mirándola fijamente. —No, solo no pensé que sería en la playa— Responde y de verdad admiro lo fuerte que es. Bajo el equipaje del maletero, me cuelgo las mochilas y cierro el auto con seguro para después tomarla de la mano —¿Entramos?— Le propongo con la brisa rozando nuestros rostros. —Entremos— Accede y vamos hacia la puerta. Apenas abro, dejo q