Romper las reglas no es algo que se me dé muy bien, pero aquí estoy, estacionando el auto frente al taller solitario que se encuentra en esta oscura calle. Bajo del auto, busco el equipo en el maletero, y con un poco de dificultad, lo cargo hasta la puerta que me indico Benicio. Golpeo la puerta y al poco tiempo, él me abre. —Debería estar en desacuerdo con esto— Me dice divertido mientras que me ayuda a cargar el bolso. —Pero no lo estas, y eso es lo mejor— Bromeo y una vez que entramos, veo todo lo que él ha traído —Vamos bien preparados, ¿no?— Me burlo. —Si lo haremos, tiene que ser con todo— Se justifica. —¿Y Croix?— Cuestiono dejando el bolso sobre la mesa que tengo enfrente. Él hace un gesto extraño —Jugando a ser políticamente correcto, lo quieren dejar para lo último, y para e