Abrí mis ojos y sonreí al ver a Mikkel durmiendo con su mano entrelazada a la mía. Estábamos completamente desnudos, así que podía ver los rasguños que tenía en la espalda y brazos. Que agresiva, Alyssa... Habíamos hecho el amor en casi toda la casa. Cuando llegamos al comedor, decidimos que mejor usaríamos condón desde ese momento, ya que lo habíamos hecho sin él en el sofá y en la escalera. Y tampoco nos queríamos arriesgar demasiado. Debo admitir que llegó un punto en el que ya no podía más, así que fuimos a dormir. Los dos estábamos demasiado cansados, pero frustrados a la vez. Nos faltó hacerlo en la piscina y en la sala de cine. Pero para otra vez será, no hay prisa Acerqué mi mano libre hacia su pecho y suspiré. La deslicé hasta llegar a sus cuadritos queriendo ir hacia más aba