—Mierda, estoy hasta más nerviosa que tú. ¿Estás segura de que quieres hacerlo? —Chyler, no me mires con esa cara porque de verdad estás haciendo que me arrepienta —mordí mi labio inferior y apoyé mi espalda en el respaldo del sofá—. Mikkel está feliz. Ha estado enviándome mensajes todo el día para asegurarse de que sigue en pie lo de hoy. —No lo sé, por lo que me has contado tus primas son un tanto... —hizo una mueca de disgusto—. ¿Segura de que quieres que ellas estén presentes? —No se me hace un problema que ellas estén en la cena. Sólo espero que puedan mantener el secreto hasta que Mikkel y yo decidamos hacerlo completamente público. —¿Y cuando tengas tu propio departamento vas a vivir con él? —No lo creo, creo que sería demasiado rápido. Además, con todo lo que me ha pasado últi