—Por fin puedes venir a conocer mi departamento. Tres días sin verte, ¿todo bien? —alcé mi ceja cuando vi a Mikkel. Dejó un beso en mis labios e ingresó. —Lamento no haber podido venir antes, he estado con mucho trabajo y no he tenido demasiado tiempo libre —caminó por cada parte del departamento y luego volvió a mi lado—. Está muy bien, pudieron hacer los trámites muy rápido y lo mejor es que queda cerca de mi casa. Podremos visitarnos bastante —al terminar de hablar sonrió incómodo mientras se rascaba la nuca—. Claro, si a ti no te molesta. —Por favor, Mikkel. Por supuesto que no me molestaría —me puse frente a él y entrelacé nuestras manos. Me puse de puntillas y besé por unos segundos su cuello—. Te extrañaba mucho. No me gustó cómo te fuiste de mi casa la noche de la cena. —Yo tamb