Eren estaba sentado en el techo de su casa, observando las estrellas y pensando en Lissana. La extrañaba, ese día se había visto tentado a pedirle a Kiara que abriera un portal y lo enviará al reino humano más de una vez. — Debo ser paciente. Volvió a repetirse, como tantas veces lo había estado haciendo ese día; como si intentará convencerse a sí mismo. Él deseaba verla, pero no paraba de preguntarse si ella estaría sintiendo lo mismo que él o si ya lo había olvidado, si ya había dejado en el pasado todo lo que habían vivido esos días. Eren era consciente que quizás ella no volvería y que era poco probable que ella lo eligiera. Aún así, no podía darse por vencido, no hasta que ella se lo dijera; aún cuando eso le rompiera el corazón. Al bajar del coche, Eren paso frente a la habita