Lissana se quedó mirando a Eren, su rostro rojo de la vergüenza le pareció adorable. Ella se acercó y le dijo. — No quiero volver a la torre, ¿Por que no me llevas a ver las estrellas? — No creo que esa sea una buena idea. — Solo veremos las estrellas. — ¿Acaso no tienes miedo de que te haga algo más? Lissana se rió, aunque ella era una chica, su fuerza y poder eran abrumadores, Eren jamás podría serle nada que ella no quisiera. Además, él era muy cauto, jamás haría nada en contra de su voluntad. — Confío en ti, sé que nunca harías nada que pudiera lastimarme y también me has demostrado que no tienes planeado cruzar la línea conmigo. — Creo que confío demasiado en mí, no creo que tenga tanta fuerza de voluntad como tú crees. Lissana encaró una ceja y preguntó. — ¿Esto sign