Lissana no podía dormir, no dejaba de pensar en su conversación con Uzziel y con todo lo que había visto en sus sueños. — Tarik. Pronunció su nombre en un susurro que fue ahogado por el crujir de las ramas y los aullidos de un lobo en la lejanía. Después de verlo en sus sueños, su anhelo había crecido aún más, quería verlo otra vez. Lissana se recostó, usó su brazo como almohada y antes de cerrar sus ojos pronunció una disculpa silenciosa. — Lo siento Uzziel, pero necesito verlo. Lissana cerró sus ojos, el dormirse no fue difícil, se sentía agotada, aun cuando no había hecho demasiado. En sus sueños, lo busco y esta vez, lo encontró de una manera diferente. Tarik estaba despierto, él la veía con unos profundos ojos grises. — ¿Lissana? Preguntó como si no estuviera del todo seguro