Después de un rato llego a la conclusión de que no anda carro y mi lado compasivo aparece. Me acerco a él y bajo la ventanilla. -¿Quieres que te lleve?- El observa por un momento la carretera y luego vuelve a mirarme-Sí- contesta con timidez. -Entonces... ¿para dónde vas?- le digo para romper el silencio. -Voy a una fiesta de disfraces -. -¿Y tú disfraz?- - Junto a la casa en donde será la fiesta vive un amigo y allí me pondré el disfraz - -¿Quieres ir?-detengo el auto en el semáforo y giro mi cabeza en dirección al chico. -¿Me estas invitando a salir?-pregunto intentando permanecer lo más seria posible. Digamos que en todo el día no he molestado a nadie y este chico es perfecto ya que se pone incómodo con la mínima cosa, me recuerda a alguien. Cierto, yo.