El día de la cirugía.

1172 Palabras
Dominic se despide del doctor y salimos de su consultorio. No entiendo por qué hace esto, pero incluso quiero abrazar a este loco en este momento. Subimos al auto y me siento tan emocionada. —¿Estás feliz, Deva? —Lo estoy, te lo agradezco. —Yo también lo soy, verte sonreír es lo único que me mantiene vivo. No entiendo por qué dice cosas como estas, es tan extraño. —Nuestra hija es hermosa como tú, quiero que cuando puedas ver ella sea primero, después yo, por supuesto. No puedo decir nada en este momento, no quiero ser grosera y que se moleste, ya que solo quiero ver a mi hija, es lo único que me importa y nadie más. —¡Llegamos, Deva! —¿A dónde? —Nuestro lugar, Deva. Aquí nos dimos nuestro primer beso y nos juramos amor eterno. Escucho el agua del río pasar, cada día este loco se le salen más los tornillos. —¿De qué hablas, Dominic? —Compre este lugar hace algunos años, fue tu regalo de cumpleaños número 27. ¿27, de que habla? Yo apenas tengo 21. —Estudiamos juntos en la escuela desde niños, el tiempo pasó tan rápido a tu lado, Deva. Él toma mi mano y la besa. Me siento tan confundida, ¿estudiar en la escuela desde niños? —¿Podemos irnos, Dominic? Quiero ver a Emily antes de la cirugía. —Antes quiero que hagamos algo, Deva. Él me toma de la cintura y me pega a su cuerpo, toma mi rostro entre sus manos y siento su respiración tan cerca de mi rostro. —¡Aléjate! ¡¿Qué haces?! —Nos juramos en este lugar esa noche del baile, fue increíble. Prometimos besarnos cada vez que viniéramos a este lugar, Deva. También te pedí matrimonio aquí. Solo es un beso, odio a este loco, pero si lo hago enojar sé que podría cancelar todo, si puedo ver podré escapar con mi hija y todo será un poco más fácil. —Lo recuerdo un poco, Dominic, está bien hagámoslo. Lo tomo del cuello y me pongo de puntillas, es muy alto. Siento sus labios sobre los míos, son tan suaves, al principio solo es un beso normal, pero después abre la boca y mete su lengua como un maldito loco, lo empujó muy molesta. —¡¿Qué demonios haces?! ¿Qué quieres hacer? Es como si buscarás lo que cene ayer en mi boca, qué maldito asco. Lo escucho reír. —Está bien, vamos a casa. Me carga y me lleva al auto, pensé que se molestaría por lo que le dije, pero se lo tomo con humor. Al llegar a casa solo quiero ver a mi hija. —Vamos, señora, la llevaré a ver a Emily. Tomo la mano de Alina, me lleva a la habitación. —Tu bebé está en la cama, le di un baño, puedes alimentarla, si necesitas algo estaré cerca. —Está bien, gracias. Cuando Alina sale de habitación voy corriendo al baño, enciendo el agua y enjuago mi boca, qué asco besar a ese bastardo loco. —¡Maldición, ojalá pudiera ponerme cloro en la boca! Estoy hablando en voz alta, ahora la loca soy yo. Salgo del baño y cuando estoy por salir choco con algo. —¿Te causó tanto asco besarme, Deva? —¡No, no yo...! Este demente me escucho, ¿qué hago? Él me toma de la cintura y me carga. —¡Bájame, no me cargues como un saco de papas! Me tumba sobre la cama. —¡Espera, podrías lastimar a Emily! —Ella está lejos de nosotros, mi cama es enorme, no te preocupes. Me toma de las muñecas y coloca su pierna entre las mías. —¡Déjame ir, maldito loco! —Sí, es verdad, estoy loco por ti, Deva. Él besa mi cuello y muerde un poco, me provoca dolor. Después pasa a mis labios y besa como lo hizo antes en aquel lugar, intento voltear el rostro, pero cuando lo intento él muerde mi labio inferior y no me permite hacerlo. Mueve su pierna rozando mi sexo, siento escalofríos y me odio por sentir esto, pero solo es una reacción natural de mi cuerpo. Acaricia sobre mi blusa mis senos y mueve más rápido su pierna. —¡Detente! —¿Por qué? —¡Por favor, Dominic! No quiero hacer esto. Él se detiene y se aparta, Emily empieza a llorar, me muevo y voy hacia ella. —Deberías de darte un baño, si te provocó tanto asco es lo mejor. Alina te llevará a la operación, debes estar puntual. Otra vez escucho esa voz que dejo de ser tan cálida y se volvió fría. Dominic sale de la habitación. Termino de Alimentar a Emily. Alina me trae el almuerzo, después me doy un baño y me visto para la cirugía, aunque sé que solo pasaré una noche en el hospital. No dejo de pensar en lo que dijo ese bastardo, dice que tanto le importo y dice cosas raras, como que ya nos conocíamos antes, pero se molesta y me trata de esta forma. ¿Por qué me importa esto? Es mejor así. Alguien toca. —¡Pase! —Señorita, soy su chófer y guardé espalda, Alina la espera en el auto, voy a acompañarla si no le molesta. —Está bien, espera un momento. Voy a la cama y me despido de mi pequeña, sé que volveré mañana, pero la voy a extrañar mucho. Todo lo hago solo por ella. —Pronto veré tu hermoso rostro, pequeña. Tomo mi bolso con algunas cosas de cuidado personal y salgo de la habitación. —Déjeme ayudarla, señora. —Te lo agradezco. El hombre toma mi bolso. —Ponga su mano en mi hombro para guiarla, señora. —Está bien, gracias. Llegamos afuera y escucho que el auto se encuentra encendido. —Vamos, señora Deva —me dice Alina. —Alina, ¿quién cuidará a Emily? —Su esposo lo hará, no se preocupe, además yo solo la acompañaré, cuando usted entre a cirugía yo volveré a casa, pero Carlos se quedará para cuidarla. —Está bien, vamos. Dominic puede ser un bastardo, poco hombre abusador, asesino, loco y trastornado, pero por alguna extraña razón, puedo sentir que no sería capaz de hacerle daño a Emily. Al llegar al hospital Carlos y Alina entran conmigo, solo pido que todo salga bien, no me importa usar lentes toda mi vida, eso es lo de menos en este momento. —Señora Deva Gray, vamos con el anestesista, el doctor la espera —Me dice una enfermera. —Suerte, Deva. —Gracias, Alina, cuida bien de mi pequeña. —No se preocupe, juro que lo haré bien. La enfermera me toma de la mano y me lleva con el doctor, aún no puedo creer que dentro de algunos días podré ser la misma de antes, aunque el único rostro que no quiero ver es el de Dominic Gray. Continuará...
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