Dominic Gray.
—¡Dominic, mi amor! ¡Yo no hice nada malo, lo juro! Lo que hice fue por nosotros, debes ver cuanto te amo, fui capaz de sacrificar a nuestra hija por ti.
—¡Cállate, juro que te mataré! Estaba tan ciego y fui tan imbécil, pensé que debía seguir contigo por lealtad, pero me doy cuenta de que desde el principio nunca me amaste, todo lo hiciste para complacerme, incluso ser madre.
—¡Tú eres el que está mal! Arruine mi cuerpo y juventud para darte una hija, ¿sabes por qué la soporte todo este tiempo? Porque quería que estuvieras feliz al ver a tu hija sana y salva.
Detengo el auto a la orilla del bosque.
—¿Estás embarazada?
—¡¿No me crees?! Estoy esperando otro bebé, mi amor. Puedo perdonarte y seguir adelante.
—¡Dame tu celular!
—¿Para qué?
—¡Dame tu maldito celular!
