Deva.
Entro y siento que el frío cala en mi piel hasta mis huesos, ¿por qué es tan frío? Camino y caigo al suelo, me resbalé por la humedad del suelo.
Los minutos pasan y parecen eternos, me estoy congelando. Escucho que alguien viene, siento el olor de la colonia de ese hombre, tengo miedo, ¿qué me hará...?
La puerta se abre y él entra, vuelve a cerrar la puerta y escucho sus pasos aproximarse. Se detiene frente a mí, puedo sentirlo, me toma de los hombros. Puedo sentir sus manos que se deslizan por mis brazos.
—¿Por qué me hiciste esto? —Dice, es casi como un susurro.
—¡¿Por qué, enserió preguntas eso?!
—Deva, intento ser paciente contigo.
—¡¿Qué clase de secuestrador y asesino eres?! Sabes que no quiero ser tu esposa, te detesto.
Él une nuestras frentes, puedo sentir su respiración agitada tan cerca de mis labios.
—Deva, mi Deva... no quiero hacer esto, pero sabes que te portaste mal, debes obedecer.
Creo que este bastardo es bipolar, o tiene doble personalidad.
—Saldrás de este lugar mañana temprano, pero no podrás ver a nuestra hija hasta que te disculpes de rodillas por tus malos actos.
Lo empujó con todas mis fuerzas.
—¡Primero muerta, bastardo!
—Entonces nos veremos mañana, soñé con esta noche por años, Deva. ¿No te sientes mal? Hice todo para que este día fuera el mejor de nuestras vidas, pero todo lo arruinaste.
Intentaré darle por su lado como última opción, debo ir por mi hija y escapar. Él se aleja y antes que se vaya...
—¡Espera! ¿Llevas pensando en esta noche por años?
—Sí, lo hice, pero tú lo arruinaste todo, buenas noches.
—¡Espera un momento! Tengo mucho frío y yo...
Me acerco y cuando me encuentro a escasos centímetros... no puedo creer que haga esto, maldición.
Lo abrazó colocando mi rostro en su pecho, su cuerpo es perfecto. Puedo sentir sus músculos, además es muy alto.
—Lo siento, Dominic, me disculparé, pero no me pidas que me arrodillé. Si me conoces sabes que soy una mujer orgullosa.
—Lo sé, pequeña.
Él me rodea con sus brazos.
—Dominic, debes entenderme, ¿qué sentirías tú sí pasarás por lo mismo que yo? Estoy molesta y confundida.
Él no responde, hasta qué...
—Es verdad, yo también me disculpo, debo ser más paciente contigo, Deva.
—Me estoy congelando, quiero ver a nuestra hija, por favor, te lo suplico.
—Nuestra habitación está lista, Deva, la cama es enorme, podremos dormir todos juntos.
—Está bien, vamos.
Él me carga y sin decir nada me saca de este lugar. Entramos a la mansión, lo sé por el sonido que hace el piso de madera al caminar.
—¡Señor, Gray, la habitación está lista! —Dice Alina.
—Está bien, trae a la bebé, Alina. Mi esposa quiere que estemos con nuestra hija.
—Como usted diga, señor Gray.
Entramos a la habitación y escucho cuando cierra la puerta, me siento nerviosa, pero mi plan está funcionando a la perfección.
Me ayuda a cambiarme, también me ayuda con el vestido de novia y después me pone un vestido ligero y muy cómodo de seda.
Él me deja sobre la cama y me cubre con las sábanas. Después me pide que me mueva y se coloca detrás de mí, siento escalofríos por todo mi cuerpo, mi espalda toca su pecho. Pone sus manos sobre mi vientre y las mueve lentamente, se acerca a mi oído y susurró...
—Sé que aún estás molesta, pero sé que con el tiempo entenderás todo lo que hago por ti, Deva.
Sus manos suben lentamente, acaricia mi cuello. Debo soportar hasta que confíe en mí y pueda escapar.
Alina toca y Dominic le pide que pase. Me entrega a mi bebé y después se va.
—¡Mi niña!
Beso sus pequeñas manitas y sus mejillas, la toco y se encuentra tibia y bien abrigada.
—Es tan hermosa como tú, Deva.
—Gracias —me limito a decir.
Quiero darle de comer a mi bebé, pero me siento nerviosa. No quiero que este bastardo demente mire mis senos, ¿qué hago? Emily llora y no me queda más que hacerlo frente a él.
Siento que él pone algo sobre nosotras.
—Es la manta de la bebé, la coloqué sobre ustedes para que te sientas cómoda dándole de comer, Deva.
—Gracias.
Él continúa acariciándome, las yemas de sus dedos se sienten frías y suaves. Escucho que alguien toca, por un momento pensé que era Alina de nuevo, pero no lo es.
—Señor Gray, tenemos un problema importante. Las municiones en el muelle fueron un fracaso y la policía se llevó a algunos de nuestros hombres.
—Espera en mi oficina y también lleva a todos, hablaré con ustedes.
—Como diga, señor.
—Deva, tengo un problema, volveré lo antes posible.
—Está bien, no te preocupes.
—Ah, y recuerda que te di una oportunidad, espero que seas inteligente y no me hagas enojar o intentes algo estúpido.
—No, no lo haré, no te preocupes.
—Eso espero.
Dominic se va, pero no le pone seguro a la puerta. Me levanto de la cama con la bebé en brazos, voy a la puerta para saber si le puso seguro.
¡No lo hizo! Que bien, esta es mi oportunidad.
Cuando Dominic me trajo cargando hasta la habitación puede escuchar el gran portón de su mansión abrirse. Sé que puedo escapar si consigo llegar y abrir, además escuche los autos pasar muy cerca. Eso quiere decir que la carretera está cerca y puedo pedir ayuda.
Llego al armario y encuentro un abrigo grande, creo que es de ese bastardo. Me lo pongo y después cubro a la bebé con otro abrigo del armario.
¡Maldición! No tengo zapatos, toco por el piso hasta que encuentro las pantuflas que Alina dijo que usará. Me las pongo y... este es el momento, sé que puedo hacerlo.
Mi cuerpo tiembla y mi corazón late con fuerza.
Salgo de la habitación y camino, bueno, estoy casi corriendo. Con una mano toco por todas partes, hay muchas habitaciones en este lugar. Escucho que alguien viene, intento abrir una puerta, pero tiene llave. Busco otra habitación, hasta que la tercera se abre, entro y escucho a los hombres hablar.
—No lo entiendo, ¿para qué nos quiere el jefe? Nos llamó a todos a su oficina.
—¿Acaso no estás preocupado? Se perdió mucha mercancía por nuestra culpa, yo tengo miedo.
—Eres un cobarde, yo no estoy preocupado.
Cuando ellos se van salgo de la habitación y continúo mi camino. Toco por todas partes hasta encontrar la salida. Es una noche muy fría que bueno que mi bebé está muy bien abrigada.
Camino hasta chocar con un auto, esto me motiva aún más. Sé que la salida se encuentra cerca.
Estoy a punto de salir de mi escondite hasta que escucho gritos.
—¡La esposa del jefe se escapó, cierren las puertas de seguridad!
Sin pensarlo intento abrir el baúl del auto, este se abre. Entro con la bebé y cierro la puerta. Solo me quedaré por un momento hasta que todo se calme y pueda salir.
¿Cómo pudo darse cuenta de que escape tan rápido?
Alguien sube el auto y arranca, me siento nerviosa, pero esto es aún mejor. Escucho que el gran portón se abre y salimos de la mansión.
Durante el camino escucho la sirena de la policía.
¡Eso es, estoy salvada! Lo logré. El auto se detiene y escucho a los policías pedir sus documentos de identidad al hombre que conduce el auto, esta es mi oportunidad.
Abro la cajuela del auto y salgo.
—¡Necesito ayuda!
—¡¿Usted tenía a una mujer en su cajuela?!
—¡Es la esposa de mi jefe!
—¡Por favor, le suplico que me ayude! ¡Un hombre llamado Dominic Gray se secuestró!
—No se preocupe, señorita, la llevaremos a la estación y podremos ayudarla.
—Se lo agradezco mucho.
—No tiene que agradecer, es nuestro trabajo, señorita.
Me ayudan a subir a la patrulla y siento que puedo respirar tranquila, esta maldita pesadilla se acabará esta noche.
En el camino me siento extraña, es una sensación tan rara, es como si pudiera sentir que algo malo está a punto de pasar.
El auto se detiene.
—¡¿Pasa algo oficial?!
Los hombres bajan sin decir nada, hasta qué...
—¡Baja del maldito auto ahora, Deva!
¡Es él...!